Tuesday, June 06, 2006

correctamente políticos

Las policías no quieren reducirlos, acobardan al fascismo. Dúctiles, todos llevamos alguna vez su emblema. Como esos comunes lugares en donde, sino estuvimos, estamos convencidos de haber estado, estos pingüinos no marchan hacia un lugar predefinido ni saben vestir de negro. Se permiten ciertos niveles de espontaneidad que podrían contener, pero temen que sería un despropósito. Crecieron delante de una televisión e intuyen que una imagen tal vez no valga más que mil palabras, pero asegura que se escuchen unas cuantas. De ellos depende la salud de muchos de los rostros que se nos ofrecen en formato de nota discotequera o verano caluroso. No han aprendido, pero sí enseñado, qué queremos ver y a qué hora, y saben perfectamente cuáles niveles de intromisión resultan seductores y cuáles otros ahuyentan a las audiencias. No seamos ingenuos: no instrumentalizan a la prensa. Pero tampoco las marcas logran dominarlos a ellos. Tal vez García, el compuesto, tenga razón y recorten los diarios en que aparece su foto, por decirlo a la antigua. Pero de que guarden en su computador personal los archivos en que aparecen prolongados (que no inmortalizados) y comenten por msn sus mejores frases del día, no puede derivarse ninguna conclusión útil. No es una revelación decir que no están acostumbrados a las cámaras. Lo que sí puede es resultar impertinente. Llevaban años burlándose de los rostros y mirando de reojo las noticiarios de los políticamente ilustrados. No quieren ser políticamente correctos. Son ambiciosos y autoexigentes. Su ambición, en este Chile que dile, está libre de fantasmas aplastantes que los hagan ruborizar. Quieren ser correctamente políticos y lo quieren mucho, como se trata, casi siempre, de impresionar en la primera cita.

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